• December 5, 2024

Warhammer 40,000- Boltgun – Análisis

Warhammer 40,000: Boltgun es de esos juegos que pueden llegar a pasar desapercibidos, pero una vez los descubres te alegran el día, la semana o puede que hasta el mes. Ahí ya depende de la duración de cada cual. En el caso de la obra de Focus Entertainment hablamos de un título no demasiado extenso, de unas diez horas de duración como mucho si jugamos en dificultades altas y nos tomamos nuestro tiempo, pero que es capaz de mantenernos enganchados a los mandos gracias a su increíble intensidad, su música y su brutalidad en cada uno de sus tiroteos. Boltgun no rompe la rueda ni viene a reinventar absolutamente nada, ni tampoco viene a convertirse en una obra imprescindible para los amantes de Warhammer 40,000 porque, grosso modo, no profundiza en nada y pone su narrativa en segundo plano. Este boomer shooter viene a ofrecer un entretenimiento similar al de Doom (1993) y Doom II (1994) para demostrar que, en más ocasiones de las que creemos, menos es más.

Warhammer 40,000: Boltgun apuesta por la sencillez y va directo al corazón de los jugadores de los noventa

En términos de mecánicas estamos ante una obra extremadamente sencilla. Igual que los Doom clásicos, Quake, Duke Nuke 3D o el Wolfenstein de 1992, lo único que tenemos que hacer es avanzar por los laberinticos niveles que Focus Entertainment y Auroch Digital proponen acabando con todos y cada uno de los enemigos y monstruos con los que nos topemos. El funcionamiento es así de fácil: avanzar, disparar y recargar. Cambiamos de arma dependiendo de la situación o del rival al que toque hacer frente y listo. La mayor virtud que tiene Warhammer 40,000: Boltgun es cómo reivindica aquellos videojuegos, ahora considerados ya retro, que nos entretenían durante horas sin necesidad de ser extremadamente complejos; sin mil y una mecánicas ni funciones, sin un mapa repleto de objetivos y sin una necesidad constante de exploración para subir de nivel para continuar progresando en la historia con normalidad.

En el juego que nos atañe, los niveles son de lo más variados y cada uno de ellos posee unos apartados artísticos intachables. A través de un pixelart muy bien conseguido y adaptado para la mitología de Warhammer 40,000, la obra nos sumerge en un sinfín de pasajes un tanto confusos en determinados casos (a veces es un poco desesperante cuando uno se pierde, ahora entraremos en eso) con los recursos suficientes como para no hacerse repetitivos.

Tenemos áreas desérticas, zonas que nos recuerdan al concepto del multiverso actual empleado por los blockbusters de superhéroes y hasta entornos pantanosos. Todo ello ayuda a que la paleta de colores del juego sea muy variada frenando la fatiga por repetición y motivando al jugador a conocer cuál será la siguiente zona. Porque, a fin de cuentas, no nos engañemos: esto es pulsar el botón de disparar constantemente y darle a todo lo que se mueve una y otra vez (y eso mola demasiado).

El arsenal de Warhammer 40,000: Boltgun es bastante completo. La mítica Bólter, arma de asalto habitual para los Marines Espaciales, se convierte en nuestra Lancer particular para masacrar a demonios a corta, media y larga distancia. A ello se suman otras armas como una escopeta, un fusil de plasma o una ametralladora ligera que no requiere de recarga y nos convierte en Rambo cuando la empuñamos.

El mayor problema de Boltgun: sus bajadas de ritmo por culpa de algunas zonas demasiado extensas

A pesar de que los enfrentamientos sean muy frenéticos y la movilidad y el gunplay no tengan demasiadas pegas, el mayor punto negativo de Warhammer 40,000: Boltgun es la inmensidad de algunos de sus niveles (que no su arte ni su variedad). Hay escenarios que tienen un circuito de pasillos innecesarios y unas explanadas que no le sientan nada bien al título, puesto que lo único que hacen es frenar ese ritmo dinámico del que parte. Es cierto que tanto Doom como su respectiva secuela, así como las entregas posteriores a manos de Bethesda e id Software, también tenían esas áreas de descanso para los jugadores para no estar constantemente con la adrenalina al cuello si se está jugando, sobre todo, en las dificultades más altas. Pero las entregas contemporáneas, publicadas en 2016 y 2020, supieron darle una vuelta a eso añadiendo la búsqueda de mejoras para las armas o el Slayer o hasta plataformeo para paliar la espera. Venir de Tragamonedas Gratis Online

Aunque Boltgun haga referencia a las primeras entregas de Doom y demás first person shooters que explotaron los PC de los noventa, el título de Focus Entertainment conoce esos recursos que id Software aplicó a los juegos recientes de Doom para que las áreas de descanso fueran, por lo menos, zonas que aportasen algo a los jugadores. Sin embargo, no se aplica nada más allá de la recolección de un ítem en particular para que los enfrentamientos sean más fáciles o una serie de municiones extra para que no nos falten recursos de cara a las próximas escaramuzas. Las bajadas de ritmo pueden perjudicar la experiencia de juego en determinados tramos del juego, haciendo que esa idea de echar sólo unos tiros se convierta en un dolor de cabezaVenir de Tragamonedas Gratis Online. Por suerte, no es algo que nuble por completo a Boltgun.

En lo que respecta a sus aspectos técnicos, no podemos reprocharle gran cosa, puesto que hace referencia a esas obras clásicas con un pixelart que convierte muchos segmentos en verdaderas piezas de arte. La música es una brutalidad y, eso sí, en lo que respecta a la IA sí hemos tenido alguna que otra sorpresa: enemigos que se quedaban quietos frente a nosotros o directamente estaban mirando a la pared sin dispararnos ni atacarnos. Son cosas puntuales que no se repiten a lo largo de la experiencia, pero dependiendo de lo tiquismiquis que se pueda llegar a ser con este aspecto es mejor mencionarlo.

Conclusiones

En líneas generales, Warhammer 40,000: Boltgun es una obra ideal para los amantes de los first person shooter (clásicos y actuales) y para aquellos que estén enamorados con la etapa futurista de Games Workshop que quiera hincarle el diente a todo lo que está relacionado con la mitología del Emperador. Venimos de Warhammer 40,000: Darktide, y esto es un calentamiento maravilloso para el plato fuerte: Space Marine 2, la secuela de aquel third person shooter de 2011 que reivindicamos hace poco en esta casa. La secuela, a cargo de Saber Interactive con Focus igualmente como distribuidora, promete ser un corregido y aumentado en toda regla ofreciendo una aventura a lo Gears of War trepidante, repleta de monstruos y con más actividad en pantalla que nunca.

Hemos analizado este análisis en su versión de Xbox Series X con un código proporcionado por Focus Entertainment.